Pero lo cierto es que los videojuegos no surgieron bajo una finalidad última entendida dentro de una perspectiva ontológica, pues sus antecedentes se remiten a innovar tecnológicamente, a darle a una persona la posibilidad de controlar lo que se veía en un display electrónico.
Ahora que los videojuegos viven el mejor momento económico de toda su historia (son de las pocas industrias que tuvieron crecimiento durante la pandemia de COVID-19), seguramente surgen varias dudas en torno a su origen y propósito.
Es necesario resaltar que ya hemos abordado para que sirven y a que edad es recomendable comenzar a jugarlos, pero en caso de que eso no haya sido suficiente, ahora nos enfocaremos en responder la duda.
¿Con qué fin se crearon los videojuegos?
Al observar que en la actualidad hay títulos que se ubican en un perfil enteramente educativo, es probable que algunas personas piensen que el fin de los videojuegos es ayudar en métodos de enseñanza.
De igual manera, si se observa que hay juegos que recrean lo más fielmente posible las experiencias de conducir un auto o volar un avión, es probable que algunas personas piensen que el fin de los videojuegos es ser simuladores.
Pero lo cierto es que los videojuegos no surgieron bajo una finalidad última entendida dentro de una perspectiva ontológica, pues sus antecedentes se remiten a innovar tecnológicamente, a darle a una persona la posibilidad de controlar lo que se veía en un display electrónico.
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